Hotel Boutique La Almunia del Valle

Dónde queremos volver siempre.

Dónde queremos volver siempre.

Todos guardamos en el recuerdo un lugar donde queremos volver siempre. El lugar en el que se nos va la mente cuando estamos en el trabajo. El que recordamos con amigos mientras mostramos las fotos. En el que siempre nos imaginamos en un momento del día. El hotel o casita que añoramos a kilómetros de distancia. Sus alrededores, las vistas y el recorrido que nos llevaba cada noche de vuelta.

El lugar que nos invita a volver una y otra vez porque siempre, seguramente, encontramos lo que buscamos.

Es sencillamente eso, el recuerdo, los buenos momentos vividos y compartidos, las tardes de sol con sus noches de luna. El sonido del mar que evoca a sal y aire. La brisa de la montaña, las caminatas, los lugareños, sus bares y plazas. Es todo esto a donde queremos volver siempre.

Damos por hecho que, además, incorporamos viajes a otros muchos destinos diferentes, quizá más lejanos, seguro que más exóticos y hasta probablemente mucho más cautivadores. Todos ellos, maravillosos, llenos de sorpresas y aventuras. El poder seductor de lo  desconocido es adictivo para muchos de nosotros.

Porque el ansia de conocer, de descubrir, de medirnos hasta dónde podemos alcanzar a llegar es,  sin duda, el ADN del viajero.

Pero ahora, es otra cosa lo que me ocupa. Llevo días pensando en los comentarios de muchos de mis huéspedes. Parejas, que repiten regularmente en el hotel o que en el pasado estuvieron y recuerdan que siempre quisieron volver.

Todos hacen referencia a lo mismo, a los espacios que esperan reencontrar, a ese mismo ambiente que envuelve la estancia cada día,  a ese mismo paisaje que desde la habitación recrea su vista.

Esperan encontrar a caras conocidas que les saludan de manera familiar, hasta puede que hagan mención a la última anécdota que comentaron juntos la vez pasada. Recuerdan la última receta que se llevaron y lo diferente que les supo es su país. Del recuerdo del aceite y del pan por la mañana.

Y me doy cuenta que ellos son también nosotros. Son La Almunia. Han aportado su granito de arena para levantar este lugar. Para hacerlo como es. Para conservarlo y llevarlo en la memoria. Y vuelven. Quieren que se lo cuidemos. Encontrar la esencia del lugar cada vez que regresan.

Y en ello estamos, os lo podemos asegurar. Aunque a veces las cartas pintan bastos...ahí estamos. Guardando ese lugar en donde queremos volver siempre.

Hasta siempre amigos!

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